Bego Marín pelea para que se mantenga una tercera aula el año que viene, en la que Jon, con Síndrome de Down, y otros tres alumnos puedan seguir sus estudios

DURANGO.- Bego, vecina de Amorebieta, no se va a quedar de brazos cruzados. Nada más recibir la carta en la que le indicaban que posiblemente su hijo Jon, junto a otros tres alumnos, se quedarán fuera del Instituto, ha decidido pelear hasta que el Departamento de Educación admita a estos jóvenes y puedan completar su último curso en este centro escolar.

Todo empieza cuando, con fecha uno de abril, Bego recibe una carta en la que se le indica que debido a la previsión de las matriculaciones del curso que viene, su hijo y otros tres no podrán continuar sus estudios en el Instituto. Jon con Síndrome de Down, tiene 20 años y con el actual curso finalizaría la enseñanza obligatoria tras cuatro años: Sin embargo desde 2011 se viene posibilitando que niños con alguna discapacidad puedan llevar a cabo un quinto curso. Una posibilidad que para los progenitores de los alumnos resulta muy importante. Pero todo hace indicar que el año que viene no podrá ser. «Sumando nuestro alumnado y el de las nuevas matriculaciones, la previsión para el nuevo curso sería de 24-25 alumnos en la AAT -Aulas de Aprendizaje de Tareas-. Y cada aula no puede superar los diez», explican desde el centro escolar. Por lo que los cuatro alumnos como Jon que han cursado los cuatro años obligatorios, salvo que abran una tercera aula, se quedan fuera el curso que viene. Por ello Bego ha iniciado una lucha para que su hijo pueda seguir en el centro escolar de Durango. «Está muy contento y él quiere seguir. Nosotros contábamos con un año más y ahora nos hace replantearnos todo. En mi caso tendría que mandarle a la Fundación Síndrome de Down, pero si hasta ahora se ha podido hacer un quinto curso, quiero que Jon siga un año más», confiesa a DOT.

Este medio se ha puesto en contacto con Berritzegune, el órgano competente en Educación, pero han declinado hacer declaraciones al respecto.