Hilario Pérez, tras cuatro años, deja la presidencia del club en manos de Alicia Gómez

DURANGO | Alicia Gómez será la nueva presidenta del Tabirako, después de que Hilario Pérez haya decidido que su etapa ha terminado en el club.
De esta forma cierra una etapa al frente del Tabirako tras cuatro años de intensa dedicación. Su salida, oficializada tras la última asamblea general, marca el relevo en una institución que mueve a cerca de un millar de deportistas y cientos de familias en la comarca.
Durante su mandato, Pérez ha destacado por su apuesta por la juventud y la cantera, consolidando la estructura del club y fomentando la inclusión, con la creación del primer equipo de baloncesto para personas con discapacidad intelectual. “El Tabirako siempre te da más de lo que tú puedes dar”, afirma, subrayando el valor de las relaciones humanas y el aprendizaje compartido con directivos, entrenadores y familias.
Más pistas
Entre los retos afrontados, Pérez señala la gestión de las relaciones personales y las decisiones difíciles, como la reubicación de jugadores o la comunicación de bajas, especialmente en un entorno de fuerte implicación emocional. La falta de infraestructuras deportivas suficientes ha sido otra dificultad: el club demanda al menos dos pistas adicionales para poder dar cabida a todos sus equipos y mejorar la calidad de los entrenamientos, una necesidad acentuada por el inminente cierre temporal de la pista multiusos de Tabira por obras hasta 2027.
El relevo en la presidencia recae ahora en Alicia, quien ya compartía la gestión junto a Pérez, y se suma la incorporación de nuevas caras a la directiva, un proceso que el propio Hilario considera esencial para mantener la vitalidad y la innovación en el club. “Las directivas deben ser abiertas y renovarse periódicamente; menos es más”, sostiene, defendiendo la rotación y la entrada de savia nueva para evitar el estancamiento.
Pérez, lejos de desvincularse de la vida social de Durango, continuará activo en el grupo musical Jaizale de txistularis y no descarta emprender nuevos estudios universitarios. Su legado en Tabirako queda marcado por el impulso al voluntariado, la apuesta por la inclusión y el fortalecimiento de una comunidad.