El potencial del coto de Axpe-Arrazola, del que se estimaban unas reservas de mineral de hierro de 500.000 toneladas en 1899, impulsó la construcción de este ferrocarril
DURANGALDEA | Como otros pequeños ramales, la competencia del automóvil fue muy dura y este trayecto fue clausurado en 1975. Según el libro escrito en el año 2.000 por Juan José Olaizola Elordi -Museo de Arte e Historia de Durango-Museo Vasco del Ferrocarril-, el autor saca a la luz datos e imágenes de este ferrocarril, desarrollado en un estilo claro y sencillo para dar a conocer al público en general la pequeña historia de un pequeño ferrocarril.
Según recoge el blog de las historia del tren en Bizkaia, aunque el Central de Vizcaya no se implicó directamente en la ampliación de la red ferroviaria de vía métrica hacia Gipuzkoa, con el cambio de siglo, el potencial del coto de Axpe-Arrazola, del que se estimaban unas reservas de mineral de hierro de 500.000 toneladas, hizo que modificaran su criterio y decidieran afrontar la construcción de un nuevo ferrocarril desde la estación de Durango hasta las minas. Esta línea también contaría con un pequeño ramal desde la estación de Apatamonasterio hasta Elorrio.
Como era habitual en una época en la que la construcción de nuevos ferrocarriles era fruto de la iniciativa privada, el primer paso para poner en marcha las obras del tren de Durango a las minas de Arrazola y Elorrio fue solicitar al Gobierno la preceptiva concesión, que fue otorgada a Francisco de Igartua, presidente del Consejo de Administración del Central de Vizcaya, el 4 de septiembre de 1899.
El 20 de julio de 1901 se adjudicaron las obras al constructor José Uribasterra, aunque, en un primer momento, limitadas únicamente al tramo de Durango a las minas de Arrazola, ya que no se esperaba que el pequeño ramal de Apatamonasterio a Elorrio fuera capaz de aportar el tráfico suficiente para justificar la inversión necesaria para su realización. El tramo comenzó a andar en 1903 y su último viaje fue el 1 de marzo de 1975.