Una veintena de alumnos del centro durangarra participaron en la consolidada iniciativa
DURANGO | Desde hace más de 5 años, San Antonio Ikastetxea realiza un intercambio anual con un colegio alemán, Langenhagen Gymnasium. Cada curso, alumnos de alemán de tercero de la ESO del centro durangarra tienen la oportunidad de vivir una experiencia en la que acogen a un alumno alemán durante una semana en el mes de octubre y, posteriormente, viajan a Alemania y se quedan con una familia en el mes de marzo. De esta manera, no solo están en contacto con la cultura y lengua alemana, sino que también viven una experiencia en la que viajan (a veces por primera vez) al extranjero y aprenden a desenvolverse lejos de casa.
El viaje a Alemania en el curso 2023-2024 comenzó el día 9 de marzo, sábado, a las 9 de la mañana en el aeropuerto de Loiu. Una veintena de estudiantes de alemán y dos profesores cogieron un vuelo a Hannover haciendo escala en Múnich. Allí esperaban las familias de acogida, que les dieron un recibimiento muy emotivo tras haber estado esperándonos durante casi medio año. Los dos primeros días los pasaron con las familias de acogida haciendo planes propuestos por las mismas. El lunes se pusieron en marcha las actividades organizadas por el colegio. Esa mañana, visitaron el centro y tuvieron un comité de bienvenida con la directora del mismo y la alcaldesa de Langenhagen. Los alumnos pudieron tomar parte en algunas clases y después realizaron unos juegos cooperativos. Comieron todos en el comedor y fueron al centro del pueblo para realizar una gymkana por grupos en la que tenían que interactuar con gente local para superar las diez pruebas. Posteriormente, los resultados se tuvieron en cuenta para el reparto de premios del último día en la fiesta de despedida.
Al día siguiente, quedaron temprano en la estación de tren de Lgh-Mitte para dirigirse a Wolfsburgo, donde visitaron el Autostadt, unas modernas instalaciones donde disfrutaron de las últimas tecnologías y diseños de coches así como un museo haciendo un recorrido por la historia automovilística. Como todos los días, los alumnos tuvieron tiempo libre, esta vez en unos outlets donde pudieron comprar ropa y souvenirs para casa. El miércoles se volvieron a encontrar en el colegio, donde los alumnos realizaron dos horas de clase y posteriormente se dirigieron todos juntos a Hannover. Allí, visitaron el nuevo Ayuntamiento y tuvieron la oportunidad de aprender de la historia de la ciudad y subir en ascensor a la cúpula para disfrutar de unas maravillosas vistas panorámicas de Hannover. En la actividad prevista a continuación, los estudiantes recorrieron la ciudad con sus compañeros alemanes y hacerse fotos o vídeos en los puntos de interés de manera original. Esta prueba, junto con la del lunes, sirvió para los premios del último día. Ambos desafíos supusieron una bonita iniciativa para conocer lugares de forma autónoma, diferente y divertida.
Hamburgo esperaba el jueves, por lo que madrugaron y cogieron dos trenes rumbo a la ciudad. Allí visitaron la estación de tren, el puerto (el segundo más grande de Europa), el
túnel subterráneo de 500 metros de largo que atraviesa un canal de agua, la Filarmónica del Elba (considerada una de las obras arquitectónicas construidas con mejor acústica del
mundo), y el centro histórico de la ciudad. Los estudiantes tuvieron tiempo libre para explorar el lugar antes de regresar a casa.
El último día de actividades fue el viernes, los alumnos tenían un largo día por delante. Comenzaron yendo a un pabellón donde, por grupos, competían en quince juegos diferentes mostrando habilidades como la estrategia, coordinación, precisión, velocidad, puntería, etc. Allí permanecieron tres horas y después volvieron para comer con sus familias antes reunirse por última vez en el colegio para la fiesta de despedida. Primero, procedieron a la entrega de premios a los grupos ganadores de los desafíos y posteriormente se vivieron momentos muy emotivos tanto en el baile como viendo el vídeo
donde recopilaron los momentos vividos en esta semana.
Entre lágrimas, el sábado se reunieron a las 15.00 horas en el aeropuerto de Hannover para regresar a Loiu. Los alumnos empezaban a ser conscientes de que llegaba el momento de decir adiós, aunque muchos se negaron y prometieron que sería un hasta pronto. «Quedaban dos vuelos y muchas horas por delante, pero con la ilusión de haber vivido una experiencia que, sin duda, todos recordaremos para siempre», valoraron satisfechos desde San Antonio.