La tradición se mantuvo en Euskal Herria hasta la década de los 50, ahora la recuperamos con el modelo de EEUU.

DURANGALDEA.- Mañana, 31 de octubre, se celebra Halloween, la víspera de Todos los Santos, y siempre se ha creído que ésta es una costumbre importada de EEUU, sin embargo, no es así.
La realidad es que ésta es una fiesta resultado del sincretismo originado por la cristianización de las fiestas del fin de verano de origen celta. Internacionalmente se celebra en la noche del 31 de octubre y según la teoría tradicional tiene su origen en una festividad céltica conocida como Samhain, que deriva del irlandés antiguo y significa fin del verano. Los antiguos britanos tenían una festividad similar conocida como Calan Gaeaf. En el Samhain se celebraba el final de la temporada de cosechas en la cultura celta y era considerada como el «Año nuevo celta», que comenzaba con la estación oscura.
Los antiguos celtas creían que la línea que une a este mundo con el Otro Mundo se estrechaba con la llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para evitar ser dañado
Cuando tuvo lugar la ocupación romana de los dominios celtas la festividad fue asimilada por estos. Aunque ya se celebraban los últimos días de octubre y primeros de noviembre una festividad conocida como la «fiesta de la cosecha», en honor a Pomona (diosa de los árboles frutales), se mezclaron ambas tradiciones.
En una época en la que predominaban las festividades «paganas» los papas Gregorio III (731-741) y Gregorio IV (827-844) intentaron suplantarla por una festividad católica (Día de Todos los Santos) que fue trasladada del 13 de mayo al 1 de noviembre.
En 1840 esta festividad llega a Estados Unidos y Canadá, donde queda fuertemente arraigada. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición durante la Gran hambruna irlandesa. Fueron ellos quienes difundieron la costumbre de tallar los «jack-o’-lantern» (calabaza gigante hueca con una vela dentro) inspirada en la leyenda de «Jack el Tacaño».
Sin embargo, la fiesta no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921. Ese año se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego le siguieron otros estados. La fiesta adquirió una progresiva popularidad en las siguientes décadas.
La internacionalización de Halloween se produjo a finales de los años 1970 y principios de los 1980 gracias al cine y a las series de televisión. En 1978, se estrenaba en Estados Unidos y en el mundo entero “Halloween”, de John Carpenter; una película ambientada en la víspera de Todos los Santos que supuso una referencia para el cine de terror de serie B; con innumerables secuelas e imitaciones.

En Euskal Herria
Pero esta costumbre anglosajona que se exportó al otro lado de pacífico también está arraigada en Euskal Herria tal y como cuentan nuestros y nuestras mayores. Aquí se llamaba “Arimen gaua” o “Noche de las almas” y su celebración no está tal alejada de lo que vemos en las películas americanas.
Las cuadrillas se reunían, vaciaban calabazas y colocaban una vela en su interior y paseaban por las calles asustando a la gente, donde las almas, los fantasmas y los muertos eran el hilo conductor. También se han recogido relatos en las que los más gamberros se disfrazaban con sábanas. Y aunque ahora nos parezca increíble al menos hasta la década de los 50 en Durangaldea se mantenía esta tradición tal y como nos cuentan los mayores.
Hoy en día, Halloween es una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense. Algunos países latinoamericanos, conociendo aún esta festividad, tienen sus propias tradiciones y celebraciones ese mismo día, aunque coinciden en cuanto a su significado: la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos. En Europa son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido importar el modo con el que Estados Unidos concibe Halloween celebrándolo con fiestas y disfraces, algo que también ha ocurrido entre nosotros. Aunque en algunos lugares, como Inglaterra, la fiesta original ha arraigado de nuevo.
El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine estadounidense. La imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas.
En esa noche los espíritus visitaban las casas de sus familiares, y para que los espíritus no les perturbasen los aldeanos debían poner una vela en la ventana de su casa por cada difunto que hubiese en la familia. Si había una vela en recuerdo de cada difunto los espíritus no molestaban a sus familiares, si no era así los espíritus les perturbaban por la noche y les hacían caer entre terribles pesadillas.
Esta todo muy bien esplicado ,me a gustado mucho el articulo.gracias.