Numerosas personas muestran su enfado ante la demolición del edificio

DURANGO.- «Lo que no pudieron destruir las bombas en el 36-37, lo destruye en 2018 la especulación», esa ha sido una de las denuncias, en este caso de Sare Astifaxista, de esta mañana.  Las miles de firmas, las peticiones ante Patrimonio de Gobierno vasco para catalogar como patrimonio histórico, o las iniciativas de convocar una consulta ciudadana no han sido suficientes para paralizar la demolición de la vieja estación del tren. Atrás quedan por lo tanto las iniciativas como Durangoko Estazio Bizirik, donde decenas de durangarras intentaron también promover la paralización de las obras en  este edificio.

Ediles de Herriaren Eskubidea, como Julián Ríos o de EH Bildu, como Eider Uribe, han querido manifestar su denuncia al ver como las excavadoras comenzaban a tumbar la vieja estación del tren. «La falta de respeto hacia la voz de la ciudadanía es impresionante. Rechazan la consulta popular, rechazan la paralización cautelar hasta que se pronuncie Patrimonio. Todo por el cemento y por los «negocietes» de los amigos», señalaban esta mañana desde Herriaren Eskubidea. «Han comenzado con el derribo de paredes y techo en la antigua estación. ¿Este es el respeto que PNV y PSE le tienen a la memoria y a los edificios públicos? ¡Esto es inaceptable!», exclamaban desde EH BIldu.