Este durangarra comenzó hace nueve meses con este hobbie que está logrando un gran éxito
DURANGO | El motor de un Audi convertido en una mesa y botellero, los cigüeñales transformados en relojes de mesa, extintores que ahora son un botiquín y una zona donde almacenar el papel higiénico. Ideas renovadoras que posibilitan darle una segunda vida a piezas del motor de coches, camiones o autobuses que está generando un gran interés en las redes sociales. El artísta es Jokin Martínez, un durangarra de 51 años, que tras la pandemia se ha reinventado y su destreza le ha llevado a innovar dedicandole todo el tiempo que el trabajo de autobusero le permite, en este nuevo hobbie.
En su garaje de Muruetatorre guarda todas sus joyas, además de las motos, de las piezas reconvertidas que le están solicitando desde cualquier punto como Cádiz o Sevilla. «Aunque también me han querido comprar desde Colombia, pero resulta muy caro mandarlo y no resulta rentable», explica Martínez en una entrevista en DOTB.