«Ha sido una experiencia muy enriquecedora por todo lo que supone de confluencia de culturas», destaca el chef local

DURANGO | El viaje tuvo lugar a principios de este mes de agosto cuando el durangarra Iñigo Kortabitarte, acompañado por José Antonio Guerrero de Gastrobar Sabores de Valladolid y Ramón Lapuyade del Hostal Restaurante El Portal de Alcolea de Cinca en Huesca, viajeron al Libano en un viaje organizado por la Academia de la Tapa y el Pintxo.
Unas actividades enmarcadas dentro del Programa Sancho Panza iniciado en 2013, para fomentar la cultura española a través de la gastronomía, facilitando el intercambio de otras facetas culturales, favoreciendo la integración de estudiantes y de la juventud local. «Ha sido una experiencia muy enriquecedora por todo lo que supone de confluencia de culturas en una zona de frontera entre Líbano e Israel, dando a conocer los pintxos, una seña de identidad de nuestra gastronomía», destacaba Iñigo Kortabitarte.
Esta iniciativa se desarrollaba en la base española Miguel de Cervantes en el Líbano, donde está desplegado el contingente Brigada Líbano (BRILIB) XXXIX que tiene como unidad base generadora a la Brigada «Almogávares» VI, de Paracaidistas, encuadrados en la misión «Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano».
«Pudimos compartir distintos talleres de pintxos con civiles y ofrecimos degustaciones y una cena de pintxos a militares españoles y autoridades destacados en la zona, en tres jornadas muy intensas pero muy gratificantes», destacaba Iñigo Kortabitarte. Todo ello dentro de las actividades que realiza la Academia de la Tapa y el Pintxo dentro de sus objetivos de presentar, compartir y difundir la riqueza de la cocina y la gastronomía en miniatura.
Se realizaron dos jornadas de formación en la Escuela Técnica de la localidad Marjayoun (al sur del Líbano), contando con la colaboración de la compañía Black Bull-AMG, empresa de logística y catering que actualmente presta el servicio de restauración en la base militar.
