Artículo de opinión de David Salinas Armendariz
IRITZIA | En los inicios del partido del pasado jueves se puso de manifiesto en San Mamés el hartazgo de la parroquia con motivo de las fechas y horarios surrealistas que seguimos sufriendo. Una queja expresada por la deriva que en general está tomando el fútbol español (mucho más que otros de nuestro entorno) en el continuo desprecio a los aficionados de a pie. A los que llenan las gradas, a los que han permitido que este deporte se haya convertido en suculento negocio para muchos desaprensivos que con su caviar para hoy ponen en peligro el pan de todos para mañana. La gallina de los huevos de oro. Y, lo que es más importante, el patrimonio afectivo de muchos. Quizá es llegado el momento de decir basta al respecto.
Hay que reconocer que la alta fidelidad (como los equipos de música de antaño) de los athleticzales, y el hecho de que acudamos a La Catedral cualquiera que sea el día y el horario intempestivo que se nos imponga, no ayuda a poner pie en pared en esta cuestión por nuestra parte, ante las autoridades (ir)responsables del balompié estatal. No obstante, las protestas producidas ayer en SM esperemos lleguen a quien corresponde, que hagan granero para que recapaciten los mandamases del cotarro, Tebas y Rubiales, enfrentados en todo pero que en lo sustancial son del mismo pelo. También el propio Athletic tendría que mover ficha. Y si es posible contarlo. Con perdón.
Ya respecto a lo que dio de sí el partido, pues una pena la derrota ante los de Mendilibar, un crack en el banquillo que ha caído de pie en Sevilla. El Athletic desaprovechó una gran oportunidad de aposentarse en puesto europeo, lo que ahora sigue divisándose en la lontananza. Procede recuperarse de nuevo de un varapalo y conseguir los tres puntos en Mallorca, para luego jugarnos el acceso seguro a Europa ante los que parecen rivales directos, Betis y Villarreal, para esas posiciones. Es el momento de la verdad. Y ojo porque por detrás vuelven a apretarnos equipos como Osasuna, Rayo o el mismo Sevilla, en pos de la séptima plaza que puede traer también premio europeo. Y ésa es la cota alcanzada que no podemos en ningún caso ceder, a la espera de lo que pase en la final de La Cartuja.
Yo sigo siendo optimista. El equipo tiene argumentos para completar un buen final de temporada y llevarnos por fin al Viaje Continente. Siquiera por la puerta de la Conference, lo que sería cumplir con el objetivo señalado para este curso. Confiemos en la labor del equipo el día 1 de mayo, día del trabajo. Arriba parias de la tierra, demostremos que nos merecemos Europa.
