Javier Alayo, socio del Athletic Club y contertulio de Eup!

IRITZIA | Los parones ligueros afloran el estado de ánimo de los equipos y sus diferentes entornos, entiéndase por entorno tanto aficionados, socios, prensa, exjugadores, y todos los colectivos que cada uno quiera considerar como entorno. En pleno primer parón liguero, y tras haber analizado el punto en Mallorca y el arranque liguero (se han conseguido el 58% de los puntos posibles), la parte deportiva no da para mucho más (si nos olvidamos del asunto de las renovaciones) y suele ser un buen momento para analizar qué ha pasado en verano, por ejemplo los XF (expected fichajes), valoración de pretemporada, comparecencias de responsables de Club y, como no podía faltar, las críticas a todo lo que se menea, se conozcan o no las interioridades del tema a despellejar en cada momento.
Hemos visto desfilar por prensa a exjugadores del Athletic contando sus penurias vividas en Lezama; artículos de opinión haciendo la peor crítica que se puede hacer que consiste en coger cualquier tema, hablar de ineficacia o ineficiencia, atizar al que no piensa como el que firma el artículo, pero no proponer solución alguna; y esta vez, como novedad, hemos oído a un exdirector deportivo meando fuera del tiesto. Todo esto tiene su repercusión en las redes sociales y ahí se organiza una guerra de bandos entre los FanBoys, los Haters y los que pasan por ahí y dan su opinión.
Creo que no somos conscientes del daño que estamos haciendo al Athletic Club, entendiendo como tal la Institución bandera de Bizkaia y que nos representa a mucha gente de Euskal Herria y de allende de nuestras fronteras por su filosofía y ¿valores? Y pongo entre interrogaciones el sustantivo “valores” porque de tanto emplearlo, creo que lo hemos vaciado de contenido y ya cualquier adjetivo entra como “valor” del Athletic, aunque no venga al caso.
A consecuencia de estos rifirrafes no faltan a la cita los expendedores de carnets de Athleticzales y los expertos en calibrar quién es más o menos Athleticzale, siendo ese calibre la afinidad que la opinión vertida coincida con la suya o la del grupo al que esa persona cree representar, aunque no le haya elegido nadie para desempeñar tal papel, que en verdad no existe. Esto es, el clásico Frente Popular de Judea que debate contra el Frente Judaico Popular.
Esta deriva nos está llevando a perder nuestra identidad y a parecernos más a cualquier otra afición de cualquier equipo y deporte y no a darnos cuenta que cuanto más divididos estemos, más débiles seremos. Antes de las RRSS, esta división duraba la campaña electoral y los siguientes 15 días, si exceptuamos a los socios compromisarios (otro colectivo del entorno), y el ambiente en la afición era más tranquilo y reinaba una cierta paz social. Tendríamos que pensar en recuperar esa paz social, nos iría mejor a todos: jugadores, técnicos, directiva, personal laboral del Athletic, así como a la afición. Fuera el bufandismo que nos ciega y nos hace creer que somos el centro del universo y recuperemos la humildad y la objetividad,