dotb Durangaldeko Telebista

Una huelga que duró 40 días hace 50 años en Berriz: «Una de las más importantes»

Este jueves se proyectaba el docu-drama sobre la lucha sindical en los 70 

Imagen del polígono Eitua en Berriz en torno a 1965

BERRIZ | La clase obrera del Durangaldea, mantuvo varias luchas al inicio de los años setenta, principalmente con el objetivo de negociar sus condiciones laborales. Uno de los más conflictivos, se produjo en la empresa Inder ubicada en Berriz. El incumplimiento del convenio apalabrado en el año setenta y tres, motivó el inicio de una huelga que duró 40 días en 1.974. La misma, se podría considerar como una de las más importantes, tanto por su duración como por su combatividad.

Inder, contaba con una plantilla de 148 trabajadores; se dedicaba al automóvil y maquinaria agrícola. El 80% de su producción era para Motor Ibérica. Dos años anteriores al conflicto, se consiguió que la empresa abonara el 20% sobre el convenio provincial. El año anterior al conflicto , en 1973, fueron despedidos cuatro obreros. A principios de mayo de 1974, los trabajadores solicitaban además de mantener el aumento del 20% sobre el convenio provincial, una subida lineal. La empresa, se negó a aceptar no solo dicha subida lineal, sino que tampoco aceptaba mantener la subida anteriormente ya pactada.

En dicho momento, los enlaces dimitieron y los trabajadores decidieron funcionar de manera asamblearia como máxima representación, actuando al margen de los cauces legales del Sindicato vertical (sindicato franquista) y rechazando dicha vía.

En las asambleas, las decisiones se tomaban por mayoría. Se eligió un comité que era revocable y el mismo, se encargaba de negociar y repartir tareas. La patronal, se niega a dialogar con la comisión, diciendo que no es legal, pero la postura de los trabajadores se impuso. Ante la negativa de la empresa de mantener la subida anteriormente aceptada, los trabajadores, decidieron iniciar una huelga que fue convocada por la comisión elegida en Asamblea. En la misma, se decidió que la gente que estaba en edad de jubilación,no participara en dicha huelga.

El 15 de mayo, comienza la huelga. El movimiento obrero sale de la fábrica a la calle. Se creó una caja de resistencia, con aportaciones recogidas en las empresas, comercios y población civil de Berriz y en las iglesias del Durangaldea. Por decisión de la Asamblea, dicho dinero, se destinó exclusivamente a distribuir entre los más necesitados.

La empresa, trajo trabajadores de Ávila y Zaragoza, para sustituir a los huelguistas. Estos fueron hospedados, en hoteles del Durangaldea y Eibar. Esto provocó fuertes reacciones contrarias a ellos y a los esquiroles. En el transcurso de la huelga, se dialogó con ellos, y algunos, decidieron marcharse pues se consideraron engañados (les dijeron qué si trabajaban 3 meses, les hacían fijos).

También se crearon piquetes, para informar y repartir escritos. La postura de la Patronal fue la represión, engaño y chantaje. Hubo amenazas directas a los trabajadores, cartas individuales invitando a deponer su postura, volver al trabajo, tratando de romper la unidad de los trabajadores. Hubo detenciones por parte de la Guardia Civil, y algunos de ellos fueron torturados (estamos en época de Régimen franquista). Fueron 18, los trabajadores que pasaron por el cuartel, siendo interrogados por el famoso capitán Hidalgo, conocido represor.

Los paros en solidaridad fueron numerosos en Berriz, donde se recibió el apoyo de los comerciantes y empresas. El 17 de junio, se convocó una huelga general, que se extendió en todo el pueblo, con cierre de comercios, y de casi todas las empresas, incluyéndose también algunas del Durangaldea. A cada comerciante del pueblo, se le impuso una multa de 5.000 pesetas.

Uno de los curas de la parroquia de Berriz, al principio apoyaba a los trabajadores, sin embargo, al final se mostró a favor de la empresa, atacando a los obreros en sus homilías de una forma ofensiva.

Se vio claramente, que gerente de la empresa, mantenía contactos y colaboraba con la Guardia Civil. Así mismo, el jefe de personal de Motor Ibérica, se trasladó a Berriz, para colaborar activamente con la empresa, dirigiendo el conflicto.

La Asamblea, mantuvo una postura firme. Mientras hubiera trabajadores detenidos, se rompían todas las negociaciones. Una vez puestos en libertad, las negociaciones siguieron adelante exigiéndose la admisión de todos, pero la empresa seguía manteniendo los despidos. Prácticamente se llegó a un acuerdo económico, pero la empresa seguía sin admitir la readmisión de todos, exigiendo despidos. En solidaridad con los despedidos, la actitud de los trabajadores era exigir la readmisión de todos o pedir la cuenta.

Al no haber más alternativas, 51 trabajadores, solicitaron la cuenta, quedando la empresa muy dañada, al tener que renovar muchos puestos especializados.

Firmado:

Un grupo de extrabajadores que vivieron la huelga en Inder

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.